¿El bebé se resiste a dormir? Causas y remedios
Dormir mal puede tener muchas consecuencias negativas para los bebés, ya que dependen de su tiempo de sueño para recargarse y desarrollarse cognitiva y físicamente. Un bebé que no duerme lo suficiente estará inquieto y puede ser difícil de alimentar y calmar. Esto, a su vez, puede hacer que los padres también estén agotados y de mal humor.
Aunque el sueño es una parte muy importante del desarrollo, para muchos bebés no es algo natural. De hecho, el sueño es una habilidad. Que un bebé se resista a dormir es algo natural. No saben exactamente que necesitan dormir. Son los padres quienes deben averiguar por qué el bebé se resiste a dormir y encontrar una solución para ello.
En este artículo, hemos analizado algunas de las razones más comunes por las que un bebé se resiste a dormir. También hemos sugerido varias soluciones que podrían ayudar.
Motivo nº 1: Ansiedad por separación
Cuando tu bebé tenga unos 8 meses, empezarás a notar signos de ansiedad por separación. Tu bebé llorará siempre que esté lejos de ti. Esto es una parte perfectamente normal del desarrollo. Sin embargo, puede ser una pesadilla para los padres que intentan dormir a sus bebés.
Si tu bebé tiene problemas de ansiedad por separación, y por eso se resiste a dormir, notarás que se pone tenso y empieza a llorar cada vez que intentas salir de la habitación. También llorará hasta que vuelvas. Otra señal de que tu bebé está desarrollando ansiedad por separación es si tiene ansiedad por los extraños, que es cuando empieza a actuar con ansiedad cuando está cerca de personas desconocidas.
Solución: Practicar la separación
Para tratar este problema, tendrás que ayudar a tu bebé a acostumbrarse a la separación. Practica la separación durante todo el día y no sólo a la hora de dormir. Durante varios minutos al día, deja a tu bebé solo para que juegue solo en su cuna o cuarto de juegos.
Si eso no funciona, también puedes probar los siguientes consejos:
- Deja a tu bebé después de la siesta o después de haberle dado de comer. La clave está en practicar la separación mientras el bebé está tranquilo y asentado. No dejes a tu bebé cuando tenga hambre o esté enfermo, ya que lo que más va a querer es estar cerca de ti.
- Crea un ritual de salida. Antes de dejar a tu bebé, dedica un rato a abrazarlo o a jugar con él. Sé lo más tranquilizadora posible.
- Haz que la separación sea un acontecimiento casual y no un asunto dramático. Vete en silencio y cuando haya una distracción.
- Deja que tu bebé aprenda a tranquilizarse por sí mismo en lugar de depender de ti como padre. Los bebés que aprenden a autocalmarse lloran menos cuando se separan. Al desarrollar técnicas de autocalentamiento, también serán más fáciles de manejar y tendrán un mejor temperamento en general.
Una vez que tu bebé se haya acostumbrado a la separación, será mucho más fácil de manejar. Por lo general, la ansiedad por separación alcanzará su punto álgido alrededor de los 10 meses y durará hasta que el bebé tenga unos 18 meses.
El nivel de ansiedad variará en función del temperamento de tu bebé. Algunos bebés manejan la separación mucho mejor que otros, y no es raro que los bebés con un temperamento negativo tengan ansiedad por separación hasta los 2 años.
Razón nº 2: Exceso de cansancio
Algunos padres pueden pensar que cansar al máximo a su bebé le ayudará a dormir. En teoría, tiene sentido, pero no es la realidad. Si tu bebé está demasiado cansado, su cuerpo empezará a liberar cortisol y otras hormonas que activan la respuesta al estrés. Esto hace que sea muy difícil que tu bebé se calme.
El agotamiento excesivo también puede ser una señal de que tu bebé está realizando demasiadas actividades durante el día. Por ejemplo, está jugando o intentando practicar el gateo durante demasiado tiempo.
Cuando se produce el agotamiento excesivo, tu bebé estará cansado, pero se resistirá a dormir porque se siente ansioso y estresado. Incluso puede actuar como si estuviera inquieto. Una vez que el bebé está sobreexplotado, puede ser increíblemente difícil calmarlo. Por eso, lo mejor es evitar que se produzca en primer lugar. He aquí cómo.
Solución nº 1: Estar atento a los signos de somnolencia
Saber qué signos de somnolencia hay que vigilar puede ayudarte a determinar cuándo es el momento de acostar a tu bebé. Cuando notes los siguientes signos, es hora de reducir la cantidad de estímulos que rodean a tu bebé para ayudarle a relajarse:
- Tirar de las orejas
- Puños cerrados
- Bostezo
- Párpados agitados
- Dificultades para concentrarse
- Fruncir el ceño
- Movimientos bruscos de brazos y piernas
- Chuparse los dedos o los pulgares
- Inquietud general
- Dificultades para calmarse
- Estado de ánimo general negativo
Cada bebé tiene sus propios signos de agotamiento. Si observas de cerca a tu bebé, con el tiempo te darás cuenta de estas señales.
Solución nº 2: Asegúrate de que duerme la siesta
Algunos padres pueden intentar prescindir de las siestas si están de viaje o están ocupados. Esto puede suponer un gran estrés para tu bebé. Si estás fuera de casa durante la hora de la siesta normal, debes intentar animar a tu bebé a dormir la siesta estés donde estés, ya sea en el coche o en la tienda.
Si tu bebé está agotado, será más difícil de consolar y te resultará aún más difícil conseguir que se eche la siesta o duerma. El tiempo de siesta que necesita tu bebé dependerá en gran medida de su edad, su personalidad y su nivel de energía personal. Por eso, tendrás que vigilar a tu bebé con atención para hacerte una idea de cuánto tiempo necesita dormir la siesta.
Mientras tu bebé duerme la siesta, intenta no despertarlo, aunque sea para darle de comer. Interrumpir sus siestas puede provocar un sueño de mala calidad, lo que puede dificultar que se duerma por la noche.
Razón nº 3: Falta de constancia
A los bebés les encanta la constancia. Si les haces dormir la siesta a horas diferentes o les despiertas a horas extrañas, les va a costar adaptarse a su día. Algunos padres no son súper consistentes cuando se trata de manejar el día de sus bebés, y eso puede ser un gran problema, aunque no se den cuenta.
Solución: Tener un horario de siesta estricto
Tener una rutina consistente a la hora de la siesta y de acostarse es realmente importante, así que acuesta a tu bebé a la misma hora todos los días. Lo mismo ocurre con la hora de acostarse. Intenta acostarlo a la misma hora todos los días y procura despertarlo también a la misma hora.
Además, intenta crear una rutina única que le indique que es la hora de la siesta o del sueño. Por ejemplo, puedes pensar en envolverlos mientras les lees un libro, antes de acostarlos para la siesta o para dormir. Ten en cuenta que se necesita algún tiempo para establecer una rutina, pero una vez que lo hayas hecho, tu bebé dormirá mucho más fácilmente.
La calidad del sueño de tu bebé durante la siesta puede marcar la pauta del día. Por esta razón, es importante asegurarse de que su bebé duerma suficientes siestas durante todo el día.
Razón #4: Demasiada estimulación
¿Has intentado alguna vez dormir cuando hay una fiesta fuera de tu habitación? Es difícil.
Si hay demasiadas cosas sucediendo alrededor y fuera de la habitación de tu bebé, es posible que también esté sobreestimulado y le cueste concentrarse en el sueño. Un bebé que se resiste a dormir puede simplemente sentir curiosidad por lo que ocurre a su alrededor.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que es normal que un bebé luche contra el sueño después de haber sido retirado de un entorno de alta energía. Todavía están en ese estado de euforia por haber jugado con juguetes nuevos o por haber interactuado con otros miembros de la familia.
Solución nº 1: Estar atento al entorno
Concéntrese en el entorno en el que está acostando a su bebé. Debes asegurarte de que la habitación esté lo más oscura posible, ya que tu bebé habrá desarrollado un ritmo circadiano alrededor de los 2 meses. Por ello, se despertará fácilmente si entra algo de luz en la habitación.
Puedes probar a instalar persianas o láminas opacas en las ventanas. Apaga también las luces. Algunos padres también tienen mucho éxito con moisés o cunas que tienen algún tipo de cubierta.
Retira de la cuna las distracciones, como los móviles o los juguetes, para que tu bebé pueda concentrarse en el sueño. También debes crear un entorno tranquilo. Apaga o baja el volumen de la televisión fuera de la habitación si se oye en la habitación del bebé, y asegúrate de que todos los habitantes de la casa sepan que deben guardar el mayor silencio posible.
Solución nº 2: Darle tiempo suficiente para relajarse
Incluso para los adultos puede ser difícil irse a la cama después de que haya ocurrido algo emocionante. Para un bebé es mucho más difícil tranquilizarse. Antes de la hora de acostarse y de la siesta, dale a tu bebé al menos 30 minutos para que se relaje. Conviene empezar a envolverlo y colocarlo en un entorno sereno.
Muchos expertos recomiendan que los padres traten de evitar las actividades demasiado estimulantes al menos una hora antes de acostarse, ya que algunos bebés pueden tardar en relajarse. Por lo tanto, retire los juguetes una hora antes de acostarse.
Motivo nº 5: Demasiada energía
Puede que tu bebé se resista a dormir sólo porque tiene demasiada energía y aún no se siente cansado. Si tu bebé no ha hecho mucho a lo largo del día, puede que no haya gastado suficiente energía para sentirse cansado todavía. También es posible que tenga más energía sólo porque se está haciendo mayor. En cualquier caso, si tu bebé no está nada cansado, luchará por dormir todo lo que pueda.
Solución nº 1: Haz que el día sea todo juego
Controla lo que hace tu bebé durante el día y asegúrate de que tenga mucho tiempo de juego. Por ejemplo, deberías considerar la posibilidad de jugar con ellos o hacer que practiquen el gateo o la marcha. El objetivo es conseguir que esté lo suficientemente cansado como para que no luche contra el sueño al final de la noche.
Solución nº 2: Eliminar una siesta de su día
Si tu bebé no está realmente cansado, puedes considerar la posibilidad de interrumpir una de sus siestas a primera hora del día. En general, a medida que el bebé crece, necesita cada vez menos siestas. Entre los 12 y los 15 meses, la mayoría de los bebés ya no necesitarán la siesta de la mañana y podrán contentarse con una siesta por la tarde.
Solución nº 3: retrasar un poco la hora de acostarse
Por último, pero no por ello menos importante, puedes considerar la posibilidad de retrasar un poco la hora de acostarse. Tal vez tu bebé tenga un poco más de energía y quiera jugar un poco más. Si no notas ningún signo de somnolencia, considera la posibilidad de retrasar la hora de acostarse entre 30 minutos y una hora. Puede que notes una gran diferencia en la rapidez con la que tu bebé se duerme.
Regresiones del sueño e hitos del desarrollo
A veces, tu bebé se resiste a dormir. Esto se conoce como regresión del sueño y es algo que ocurre cada 3 o 4 meses. Es algo que se puede corregir fácilmente de forma natural. Si te interesa aprender ahora sobre las regresiones del sueño, consulta este artículo.
También es posible que tu bebé se resista a dormir si se encuentra en un hito del desarrollo, como si le están saliendo los dientes o si está aprendiendo a gatear o a caminar. Una vez que haya superado ese hito o se haya acostumbrado, dejará de luchar contra el sueño.
La constancia es la clave para un bebé que se resiste a dormir
Cuando se trata de un bebé que se resiste a dormir, hay que ser constante y persistente. Siga con ello y no se rinda.
Es importante saber que el sueño es como cualquier otra habilidad. La práctica hace la perfección, y tu bebé necesita mucha práctica. A medida que vaya practicando esta habilidad, empezará a dominarla y a ti te resultará mucho más fácil hacer que se duerma.
Pediatra desde 2015, enamorada de mi trabajo. Tengo dos enormes renacuajos y un marido que cocina mejor que nadie.
Máster en Investigación Clínica y Postgrado en Divulgación Científica, también colaboro desde hace años como profesora en varios centros educativos y artículos científicos.
Empecé Revista del Bebé para ayudar a todas las madres y padres que lo pudieran necesitar, y así unifico mis grandes pasiones: los niños y escribir.