Hernia durante el embarazo: Tipos, causas y tratamientos
Sufrir una hernia durante el embarazo no sólo puede ser muy preocupante, sino que también puede causar complicaciones durante el parto. Normalmente, las hernias se extirpan tras el parto; sin embargo, en determinados casos, es necesario un tratamiento inmediato.
En esta guía de expertos, aprenderás todo lo que necesitas saber sobre las causas de las hernias en el embarazo y los riesgos que pueden suponer. También descubrirás cómo puedes salvaguardar mejor tu salud y la de tu bebé mientras sufres esta afección.
¿Qué son las hernias?
Las hernias son esencialmente una anomalía en la que uno de los órganos internos del cuerpo comienza a empujar hacia fuera a través de un desgarro o agujero en la musculatura del cuerpo. Es bastante común que se produzcan hernias en la ingle, el abdomen o la parte inferior del torso.
Una vez formadas, las hernias no desaparecen, pero muchas no requieren reparación a menos que causen problemas. El embarazo hace que el útero en crecimiento ejerza presión sobre las paredes del abdomen, lo que puede dar lugar a hernias.
La buena noticia es que la hernia puede no afectar a tu embarazo, pero si dejas que no se trate durante un periodo de tiempo prolongado, pueden surgir complicaciones.
¿Cuáles son los distintos tipos de hernias relacionadas con el embarazo?
Existen tres tipos principales de hernias asociadas al embarazo.
Hernias umbilicales
También se conocen como hernias del ombligo. A pesar de su nombre, no tienen nada que ver con el feto, el útero o el saco amniótico. Más bien, el nombre deriva de la ubicación de la hernia: en el lugar donde se encontraba el cordón umbilical. Como esta parte del cuerpo tiene una abertura natural, cuando tu útero se estira esa abertura por desgarro, se abre más. Aunque una hernia umbilical en el embarazo puede causar algo de dolor en la zona del ombligo, sólo debe ser un inconveniente y no excesivamente incómodo.
Hernias inguinales
A diferencia de una hernia de ombligo, una hernia inguinal se produce si el tejido muscular que rodea la zona de la ingle se desgarra o se rompe. Son especialmente frecuentes durante el embarazo, ya que el útero en crecimiento empuja hacia abajo el suelo pélvico, debilitando aún más las paredes abdominales. Las hernias inguinales tienen el aspecto de una pequeña expansión o protuberancia en la ingle.
Este tipo de hernia se produce por debajo o por encima del ombligo, donde se encuentra el propio cordón umbilical. Suelen estar causadas por la debilidad de los músculos abdominales y se dan sobre todo en mujeres obesas. Suelen tener un aspecto muy grande y causan una gran hinchazón, por lo que será necesaria una intervención quirúrgica, ya que existe el riesgo de que la hernia se estrangule si se deja sin tratar.
Factores de riesgo de las hernias durante el embarazo
Aunque las hernias inguinales y femorales son comunes en toda la población, independientemente de la edad o el sexo, las hernias umbilicales son más comunes en el embarazo debido a la mayor presión del útero en crecimiento. Aunque todas las mujeres embarazadas tienen una mayor probabilidad de desarrollar una hernia, algunas tienen una probabilidad aún mayor que otras debido a ciertos factores. Entre ellos se encuentran:
- Ser obesa o tener sobrepeso
- Tener un embarazo múltiple con gemelos o trillizos (o más)
- Cirugía previa en la zona abdominal
- Cirugía previa de reparación de hernia
- Edad materna avanzada
- Antecedentes familiares de padecer hernias
- Levantar regularmente objetos pesados
- Estreñimiento crónico
- Tos o estornudos crónicos
Causas de las hernias durante el embarazo
Una hernia puede producirse en individuos de todas las edades, pero es especialmente probable que se produzca en alguien que haya nacido con músculos más débiles, en individuos muy activos o en personas mayores. Hay algunos otros factores que se relacionan con una debilidad muscular que conduce a las hernias:
- Aumento lento de la presión sobre las paredes abdominales por la expansión del útero en el embarazo
- Levantar pesos demasiado pesados
- Aumento del líquido abdominal
- Aumento de peso excesivo
- Estornudos o tos continuos
- Demasiado esfuerzo al defecar u orinar
Síntomas y signos de las hernias durante el embarazo
No todas las mujeres embarazadas que desarrollan una hernia experimentan síntomas. De hecho, algunas mujeres sólo descubren que tienen uno cuando su médico les realiza una prueba de imagen o un examen físico relacionado con el cuidado de su embarazo.
Otras notan síntomas como un bulto o protuberancia que aparece cuando se acuestan o cuando presionan una zona cercana. Es posible que este bulto sólo se pueda palpar o, a veces, también se puede ver.
Las hernias pueden causar un dolor sordo que se agudiza cuando se hace un esfuerzo. Si te agachas, caminas rápidamente, toses, estornudas, te ríes o levantas un objeto pesado, puedes experimentar una sensación punzante. A medida que avanza tu embarazo y aumenta tu peso, es probable que estos síntomas sean cada vez más intensos.
Si notas alguno de los siguientes signos o síntomas durante tu embarazo, podrías estar sufriendo una hernia. Entre ellos se encuentran:
Protuberancias o bultos
Lo más habitual es que el primer signo de las hernias del embarazo sea una protuberancia o bulto en la zona del estómago que duele y no desaparece por sí solo. El aumento de peso durante el embarazo supone una tensión adicional en las paredes abdominales, que ya son débiles, lo que aumenta el tamaño del desgarro en el músculo.
Sensibilidad
Si te has sometido a una intervención quirúrgica en el abdomen, tendrás una sensibilidad especial en la región del estómago, lo que podría dar lugar a hernias. En las mujeres obesas, la probabilidad de desarrollar una hernia después de la cirugía es mayor, ya que los tejidos de la cicatriz se estirarán debido al peso adicional del embarazo. Las hernias suelen causar dolor alrededor de la cicatriz al correr, levantar objetos pesados o toser.
Dificultad para moverse
Si sufres una hernia femoral en la zona del muslo, es posible que tengas menos movilidad, sobre todo a medida que te acercas al tercer trimestre. Este tipo de hernia tiene el aspecto de una pequeña protuberancia cerca de la ingle y, dependiendo de su tamaño, puede afectar seriamente a tus movimientos. Este tipo de hernia se considera el más peligroso durante el embarazo, ya que puede bloquear la arteria femoral. A su vez, esto podría ralentizar o incluso detener el suministro de sangre a tus órganos intestinales y causar gangrena.
Al acostarse, debe ser posible empujar la hernia hacia el interior de su cuerpo. Si no puede hacerlo, intente aplicar compresas de hielo en la zona afectada, ya que esto puede ayudar.
Hernias encarceladas y estranguladas
Si después de intentarlo sigues sin poder empujar la hernia hacia atrás, podría ser una señal de que tienes una hernia encarcelada (atrapada), que requerirá tratamiento médico rápidamente ya que podría estrangularse.
Los síntomas de la hernia estrangulada son
- Vómitos y náuseas
- Un dolor repentino que empeora
- La protuberancia de la hernia puede adquirir un color morado, rojo u oscuro
- Puede que le cueste expulsar los gases o las heces
Si experimenta alguno de los síntomas anteriores, debe ponerse en contacto inmediatamente con un médico, ya que puede necesitar tratamiento urgente.
Complicaciones de las hernias durante el embarazo
Hay varias complicaciones relacionadas con las hernias, especialmente durante el embarazo. En sus primeras etapas, una hernia puede ser apenas perceptible, sin embargo, a medida que avanza el embarazo comenzará a crecer lentamente y cualquier esfuerzo adicional en la zona afectada podría hacerla aún más grande.
Las molestias y el dolor son síntomas habituales de las hernias. Por lo general, ese dolor será constante; sin embargo, en ocasiones puede aparecer por fases. Si el dolor es insoportable, es importante que hables con tu médico.
Una hernia durante el embarazo puede alterar el ritmo de los latidos del corazón, provocando palpitaciones y carreras. Esto puede ser peligroso, por lo que es necesario un tratamiento. Además, la zona que rodea a la hernia no recibirá ninguna circulación sanguínea, por lo que el tono de tu piel podría cambiar, volviéndose más pálido. Si esto ocurre, se trata de una situación crítica y puede ser necesaria una intervención quirúrgica de urgencia.
¿Cómo se puede tratar la hernia durante el embarazo?
Lo primero que hay que hacer para tratar una hernia durante el embarazo es utilizar bandas de sujeción, ya que éstas pueden impedir que la hernia crezca.
También es importante dejar de levantar objetos pesados y descansar mucho.
En algunos casos, una hernia leve que aparece durante el embarazo puede no requerir tratamiento. La hinchazón alrededor del ombligo puede ser simplemente grasa que se ha introducido entre los músculos y, tras el parto, puede desaparecer por sí sola.
Sin embargo, la única forma de solucionar una hernia más grave es la cirugía. Normalmente, esto debe evitarse hasta después de que nazca el bebé. Por lo general, se le aconsejará que espere unos 3 meses como mínimo después del parto para que tenga tiempo suficiente para recuperarse tras el mismo.
El procedimiento quirúrgico que se suele emplear para eliminar las hernias es la laparoscopia, durante la cual se realizan pequeñas incisiones y se introduce una cámara en la zona, por lo que no será necesaria una cirugía invasiva. Por lo general, la hernia se repara con un material similar a una malla que se sutura para reforzar los músculos de la zona.
Después de la operación de hernia, no debe levantar ningún objeto que pese más de 5 Kg durante un periodo de 6 semanas. Las reparaciones de hernias pueden volver a abrirse, o podría desarrollar otra hernia en el futuro, ya que sus músculos seguirán siendo débiles después, por lo que es imprescindible cuidarse después de la intervención.
Cómo prevenir la aparición de hernias
No es fácil prevenir el desarrollo de una hernia, ya que puede producirse por muchas razones en cualquier momento. Sin embargo, afortunadamente, el hecho de estar embarazada no empeorará su hernia. Si tiene la precaución de apoyar bien la región de la hernia, sobre todo al estornudar, toser o reír, reducirá las molestias o el dolor. Incluso puedes conseguirlo aplicando tu mano sobre la hernia cuando realices estas actividades.
Hay algunas cosas que también puedes hacer para tratar de prevenir la aparición de hernias durante el embarazo:
- Usar ropa suelta con buena circulación, especialmente alrededor de las piernas y la pelvis
- Llevar ropa que proporcione un apoyo suave a tu abdomen en crecimiento
- Levántate cuando estés tumbada o sentada utilizando un soporte
- No levantes nada pesado, incluidos los niños mayores
- Intenta no subir muchas escaleras
- Poner los pies en alto siempre que sea posible
- Realiza ejercicios de bajo impacto como el yoga, los estiramientos y las caminatas
Reflexiones finales
Ten por seguro que, en la mayoría de los casos, una hernia no es peligrosa durante el embarazo. Sin embargo, es fundamental que te la reparen después del parto, sobre todo si estás planeando tener otro bebé.
Si tu hernia es bastante pequeña y no presenta síntomas, es casi seguro que tu médico optará por esperar a que nazca tu bebé antes de darte tratamiento. Si te hacen una cesárea, es posible arreglar la hernia al mismo tiempo.
Sin embargo, en raras ocasiones puede recomendarse la cirugía de la hernia durante el embarazo. Si sientes un dolor excesivo o la hernia está causando daños en otros órganos o en los intestinos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica inmediata, pero como puede ser un procedimiento arriesgado que aumenta las posibilidades de aborto o parto prematuro, es probable que se tomen todas las medidas para evitarlo primero.
Si se recomienda la intervención quirúrgica, probablemente tendrá lugar durante el segundo trimestre, ya que el crecimiento del bebé dificulta el procedimiento de reparación al llegar al tercer trimestre.
Las hernias son bastante comunes y no tienen un impacto continuo. Tampoco hay que preocuparse cuando se acerca la fecha del parto o durante el mismo. Todas las buenas comadronas y obstetras pueden tratar a las embarazadas con hernias de forma profesional y segura, así que asegúrate de que tu equipo sanitario está al tanto de tu estado para que puedan estar bien preparados para tu parto. Es muy raro que se necesite una cesárea por el mero hecho de tener una hernia, así que si quieres un parto vaginal, no debería ser un problema para ti.
Por supuesto, siempre debes consultar a tu médico si no estás segura, para asegurarte de que es lo más adecuado para tus necesidades.
Pediatra desde 2015, enamorada de mi trabajo. Tengo dos enormes renacuajos y un marido que cocina mejor que nadie.
Máster en Investigación Clínica y Postgrado en Divulgación Científica, también colaboro desde hace años como profesora en varios centros educativos y artículos científicos.
Empecé Revista del Bebé para ayudar a todas las madres y padres que lo pudieran necesitar, y así unifico mis grandes pasiones: los niños y escribir.